BUJARÁ

BUJARÁ

BUJARÁ

Bujará es una de las ciudades más grandes de la República de Uzbekistán. Es el centro histórico, cultural y turístico. La población se compone de cerca de 300 mil personas y es una ciudad multinacional ya que aquí viven uzbekos, tayikos, rusos, turkmenos, árabes, iraníes, judíos y muchos otros más. Dicen que la Luz de su cielo ilumina a todas las ciudades del mundo y que solamente el de Bujará se alza hacia arriba. Una ciudad Sagrada, Generosa – estos son algunos de los adjetivos que más se utilizaron durante muchos siglos y que se han quedado hasta ahora dedicados a este lugar.

Los Monumentos y las Atracciones de Bujará

Los científicos, hasta ahora, no han sido capaces de consensuar una única opinión sobre el origen del nombre de la ciudad. Dicen que el fundador de la ciudad era el hijo del gobernador iraní Siyavush, que construyó la fortaleza Ark, tras haberse casado con la hija del zar de Afrosiab (Afrociab – es la ciudad antigua de Samarcanda). Sobre la asombrosa y rica historia de esta ciudad, los turistas van aprendiendo a través de las curiosidades y atracciones. Ni una sola ciudad, según el historiador del siglo X Narshaji, (por sus palabras la ciudad tenía 3000 años) nunca ha tenido tantos nombres como Bujará. La palabra "Bujará" es bien parecida a «vijara» que significa del sanscrito "el monasterio", o de la palabra china "Bijar" que significa «el lugar de los ídolos». «Cuando trajeron a la ciudad, en calidad de novia, a la hija del gobernador chino, con ella trajeron también de China el santuario con los ídolos…» - según el libro de Faslya Abul-Hasan Abdul-Rahman, el hijo de Muhammad-an-Nishapuri « La tesorería de las ciencias». Este libro nos cuenta que antes, en este lugar, habían pantanos cubiertos de juncos y árboles, y que a causa de que la nieve de las montañas que rodean Samarcanda, se derretía y el agua caía en este lugar, esto fue lo que trajo consigo la tierra fértil.

Muchas plantas y pájaros de aquí fueron los que atrajeron a los pobladores a este lugar «… y el lugar empezó a tener un aspecto alegre». «La ciudad no existía, pero había ya algunas aldeas, como: Nur, Jarkan-rud, Vardana, Taravdzha, Safna, Isvana».

A través de Bujará pasaba la Gran Ruta de la Seda, y en los límites de la ciudad se encontraban cerca de 60 “caravansarayes” (hoteles de caravanas) para los comerciantes extranjeros. A la ciudad la llaman el baluarte del islam, - después de la difusión de esta religión comenzó la construcción de las madrazas (el seminario conciliar musulmán) y las mezquitas, que hoy en día nos impactan por su grandeza y gran belleza. En esta ciudad, se ha conservado multitud de monumentos: la arquitectura habitable y las construcciones comerciales, los baños y los palacios. El tiempo fue relativamente favorable para Bujará, en comparación con otras ciudades. Precisamente por eso, la ciudad, como su enorme museo, guarda la memoria de muchos siglos de historia. La ciudad Vieja fue fundada antes de nuestra era y es el monumento de las civilizaciones más antiguas. Cabe destacar que el oasis más rico atrajo a los conquistadores más de una vez, y la ciudad en 2500 años pasó de un dominio al otro. La gran destrucción de la ciudad fue a manos de Gengis Kan, que por traición de los curas, la conquistó y ultrajó. Pero los habitantes orgullosos y amantes de la libertad se rebelaron contra la opresión más de una vez, y los futuros gobiernos temían seriamente los levantamientos populares.

Después de la revolución de Octubre, Bujará permaneció un tiempo como la capital de la República Soviética Popular de Bujará, que después fue dividida entre Uzbekistán, Turkmenistán y Tayikistán. La ciudad se quedó en el territorio de Uzbekistán, pero sus dos idiomas; el uzbeko y el tayiko, tienen derechos equivalentes, aunque la lengua de comunicación internacional es el ruso. Es decir, en Bujará, la mayoría de los habitantes saben hablar tres o cuatro lenguas, y últimamente se ha agregado a la lista el inglés. Es esta ciudad santa, cálida, hospitalaria, uno puede caminar por sus calles sin dejar de asombrarse y admirarla constantemente. En sus plazas se han filmado muchas películas históricas. La ciudad sigue inspirando a los pintores y regalándoles fotografías artísticas a los fotógrafos. Caminando uno por aquí, nota cómo se le limpian los pensamientos y se le ordenan las ideas…